
Durante la aparición
Queridos hijos míos, hoy también llego entre vosotros para hacerle pisada un camino de santidad. Estoy con vosotros y cerca de vosotros.
Vosotros, hijos amados por Dios, que buscan Su amor, no tienen que dejarse confundir por todo lo que está en desorden y que no os permite de saborear Su amor. Mi Hijo es paz, consuelo y desea que cada uno de vosotros saborea Su amor.
Para ser curado por todas las heridas, ocurre decidirse de rezar, rezar, rezar para sentir en el profundo de su corazón la presencia viva y verdadera de mi hijo Jesús.
Coraje mis hijos, estoy cerca de cada uno de vosotros para dar consuelo y secar vuestras lagrimas.
Y vosotros que me habéis recibido en vuestros corazones para vivir estos tiempos de gracia, que habéis emprendido este camino, os pido de ayudarme y de hacer conocer el amor de mi hijo a todos los que no conocen a Dios.
Y vosotros, mis hijos peregrinos que están viviendo este don de amor, tienen que ser siempre perseverantes en la oración para que yo desde el cielo pueda revelar los proyectos que mi hijo tiene para cada uno de vosotros.
Gracias porque a través de vuestros cenáculos de oración, sois mis apóstoles y los otros pueden acoger el amor de Dios.
Estoy con vosotros como Madre de la ternura y llego en este lugar para donar toda mi ternura de Madre.
Oren, oren, oren para que se puedan realizar todos los planes de mi hijo Jesús.
Os agradezco por haber contestado a mi llamada.