Después de este episodio, volví a casa, mi vida cambió rapidamente, sin que yo me di cuenta. Yo era atraído por la belleza de este mondo espiritual, para mi desconocido; de hecho mis amigos notaron en mi un gran cambio,pero yo no sabía como explicarlo, aún intenté hacerlo varias veces. Esta transformación suscitó entre ellos mucha curiosidad, así que algunos de ellos decidieron de seguir esta adventura. Un día , mientras estaba rezando con mi familia, me apareció la Virgen diciendome  “ No tengas miedo, hijo mío, porqué hoy te confío a un Padre espiritual que te guiará “ y yo le pregunté “Quién es?” y ella me dijo “ Padre Vincenzo Cuomo”y yo contesté que no lo conocia pero ella me tranquilizó  diciendome “No te procupes hijo mío, lo encuentrarás y le darás este mensaje, el sabrá” y me dio un mensaje privado para el. Fui a la parroquia para preguntar informaciones sobre este sacerdote . Así que, con la ayuda de mi tía y de otras conosciencias parroquiales, conseguimos conocer padre Cuomo, que lo encontré en su parroquia que se encontraba a mas de 20 km de mi casa, en compañía de mi tia y de mi madre,que siempre eran cerca de mi lado desde hace el empiezo de mi adventura. Durante el trayecto crecía en mi un gran miedo debido a este encuentro, y mi tía como hacia a menudo, me tranquilizaba diciendome “Si es la Virgen que te envía, no tienes que tener miedo”. Llegados al lugar, mi tía fue a hablar con el cura adelantandolo sobre mi, y mis intenciones de hablarle; el quiso verme en privado,quedando mi madre y mi tía rezando. Padre Cuomo notó en mi mucho miedo, el también me tranquilizó y me invitó a hablar, yo empezé diciendo “Padre no sé si usted me cree, pero tengo un mensaje para vosotros que procede de la Virgen” y el levantó las cejas y me miró sorprendido. Entonces dije “ El día 26 de este mes pasará lo que usted está rezando” el me apoyó su mano sobre mi espalday dijo “ Ten cuidado de lo que estás diciendo ,quédate en silencio y veremos los frutos. Nos veremos el día 26”. El día 26, regresé,como el cura me dijo, siempre seguido por mi madre y por mi tía. Cuándo entré en la Eglisa, el era feliz, vinió hacia mi,tomó mi mano y me llevó en la sacristía y me dijo “ Hoy pasó un gran acontecimiento; se realizó, después de mucho tiempo, una curación por la que yo rezé mucho. Una monja que no se levantaba de la cama desde mucho tiempo vinió a recibir la comunión, moviéndose autónomamente”, después me pidió silencio y obediencia, para entender la origen de los signos. Desde aquel momento el fue mi guía espiritual.

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